La marcha de la única neuropediatra que había en Can Misses, una posibilidad adelantada por este medio hace meses, cuando empezaban las críticas contra el ‘decretazo’ del catalán, ha evidenciado las carencias y la precariedad de la sanidad balear. El jefe del área de pediatría, el ibicenco Bartolomé Bonet, ha admitido que lleva reclamando dos pediatras hace más de un año y medio, pues la plantilla, argumentaba, era corta y, con la marcha de la neuropediatra, la situación se ha complicado en Can Misses. Con oposiciones a nivel nacional y a pocos meses del inicio de la temporada estival, no será fácil para el hospital ibicenco poder reforzar su equipo de pediatría.

Escasa previsión.
No se le puede atribuir al jefe de Pediatría los problemas de su departamento porque el Dr. Bonet ha hablado claro desde el principio de la situación que podía vivirse en Can Misses. Había dos plazas disponibles y con la marcha de la neuropediatra ya son tres. Desde Palma conocen la situación desde hace tiempo, pero han hecho muy poco para resolverlo. Lamentablemente parece que el tema del catalán ha supuesto un esfuerzo extra para los responsables de la Conselleria de Salut, en lugar de centrarse en garantizar la cobertura sanitaria en Ibiza. Ahí está el resultado: se afrontan los próximos meses con tres pediatras menos.

Sí ha influido.
Desde los medios oficialistas podrán rebajar la importancia de la marcha de la neuropediatra por el tema del catalán, pero este asunto sí ha influido, y mucho, en su marcha. Fue la primera médico en denunciar el error que ha supuesto obligar a acreditar un determinado nivel de catalán y dijo que ella se estaba planteando marcharse de Ibiza. Y se va a marchar. El Govern, de forma innecesaria, ha provocado un problema donde no existía. Ahora la consellera Patricia Gómez tiene un conflicto mucho mayor con la falta de pediatras. Lo importante, y es lamentable que haya que recordarlo, es la salud. Todo lo demás es secundario. Asi las cosas, procede exigir al Govern que explique cómo va a solucionar la situación de escasez de médicos en Can Misses porque no podemos resignarnos a que los niños ibicencos estén peor atendidos.