El abogado del exduque de Palma, Mario Pascual, apeló a la condena social y mediática a la que ha sido sometido su cliente para reclamar del Tribunal Supremo la absolución de todos los delitos a los que le condenó la Audiencia Provincial por el ‘caso Nóos’. El argumento resulta sorprendente por su pobreza argumental, más si se tiene en cuenta la gravedad de los hechos. Iñaki Urdangarin considera que la ‘pena de telediario’ ya está en condiciones de suplir el Código Penal y la privación de libertad; todo un reto jurídico de impredecibles consecuencias al que tienen que hacer frente los magistrados del Supremo.

Reiteración de posiciones.
La solemnidad escénica del Tribunal Supremo sirvió de caja de resonancia de las tesis defendidas por todas las partes implicadas en el ‘caso Nóos’, tanto en las defensas como en las acusaciones. Las posiciones estaban conocidas de antemano, como ya advirtió la Sala, en los respectivos recursos. Las intervenciones no aportaron nuevo elementos de un asunto cuyas consecuencias políticas han superado, con mucho, al resto de temas vinculados con la corrupción en nuestro país. Además, se añade un aspecto insólito: la posible entrada en prisión del cuñado del Rey de España. Esta es la grave decisión que tendrá que tomar el Tribunal Supremo, las posibles modificaciones del fallo que ya adoptó en su momento la Audiencia Provincial. Una rebaja en las condenas daría opción a esquivar la entrada en la cárcel.

La inevitable condena social.
Es un sarcasmo que el yerno de don Juan Carlos, el Rey emérito, de por saldada su deuda penal con la inevitable condena social que ha generado su comportamiento. En el Supremo se le recordó, junto al resto de condenados, el daño que hizo a las instituciones de Balears y por extensión a sus ciudadanos. No debe sorprender este reproche público, con independencia de lo que determinen los jueces. Aquellos comportamientos sí que merecen la condena social.