La concejala de Medi Ambient del Ayuntamiento d’Eivissa, Montserrat García, es un ejemplo de mala gestión en el gobierno municipal y hasta la Asociación de Animalistas de Balears (Assaib) ha solicitado su dimisión. En concreto, esta asociación lamenta la situación de sa Coma y especialmente el asalto que se vivió en el centro el pasado viernes, donde un individuo entró en las instalaciones para causar destrozos. Como consecuencia de ello, murió una gata, otra resultó herida y se produjeron, además, multitud de daños materiales. Los animalistas dicen que no es la primera vez que ocurren situaciones como esta y acusan a García de falta de previsión. El PP se sumó ayer a las críticas y recordó que García dispone del doble de presupuesto para Sa Coma del que había la pasada legislatura.

Un suspenso en limpieza.
Pero García no solamente debería dimitir por su mala gestión de Sa Coma, como piden los animalistas. En los casi tres años que lleva al frente de Medio Ambiente y como máxima responsable de la limpieza de la ciudad, puede decirse sin temor a exagerar que la ciudad está sucia y que la situación no ha mejorado significativamente. Basta dar un paseo por Vila para ver que los distintos experimentos de García, que siempre acaba dando las culpas a la concesionaria, no han servido para mejorar una ciudad que debería ser un ejemplo de limpieza. No olvidemos tampoco que los vecinos de la Riba y la Marina también han criticado con dureza a García por el exceso de ruido en estos barrios y no hace ni una semana reclamaron también su dimisión.

Un balance penoso.
Lo mejor que podría hacer García es abandonar el gobierno municipal para salvar la gestión de su departamento en lo que resta de legislatura. La concejal es un lastre del gobierno de Ruiz y ha sido incapaz de sacar adelante con un mínimo decoro las distintas áreas que ha gestionado. Por eso lo mejor que puede hacer es dimitir. Y si no dimite, que Ruiz la cese. Pero será difícil porque el equipo de gobierno ni asume las críticas ni rectifica.