El Ayuntamiento de Sant Josep ha acordado en sesión plenaria la prohibición de dar nuevas licencias de discotecas al aire libre, una medida que afectaría también a los beach clubs. No dará nuevos permisos a aquellos negocios que basen su actividad en la música en exteriores, si bien la resolución no afectará a los establecimientos que ya tienen concedida licencia. La medida, anunciada durante mucho tiempo por el alcalde del municipio, Josep Marí Ribas, se ha consumado en plenario y ha tenido el apoyo de Alternativa Insular. Es preciso destacar, sin embargo, que no afectará a los establecimientos que ya tienen permisos, y que en su momento tuvieron todas las garantías jurídicas para iniciar su actividad.

Seguridad jurídica.

Diferentes colectivos y plataformas, seguramente minoritarias, están presionando en los últimos tiempos a los políticos para que se penalice toda actividad relacionada con el sector turístico. Y en este apartado también se incluyen a los beach clubs, un modelo de negocio que es admirado por muchos competidores y que atraen, precisamente, a visitantes con un alto poder adquisitivo que demandan este tipo de oferta de ocio. En este sentido es preciso destacar que los principales beach clubs se encuentran en el municipio de Sant Josep, y ninguno de ellos se verá afectado por esta normativa municipal contra la música al aire libre. O al menos convendría que no le afectase.

Garantías.

No sería nada recomendable para la economía y el empleo de la isla que estas nuevas condiciones para quienes quieren ofrecer música al aire libre tengan efecto retroactivo y se perjudique a los actuales negocios. Muchos de ellos, y conviene reseñarlo, han contribuido a ensalzar la marca Ibiza hasta donde se encuentra -de momento- a nivel turístico mundial. El Ayuntamiento de Sant Josep, y también el resto, deben hacer cumplir la ley, que todo el mundo respete las ordenanzas y normas establecidas de forma escrupulosa, para que sobre todo subsista una pacífica convivencia entre el sector y residentes, pero sería un castigo injustificado que se persiga ahora a estos establecimientos, que generan miles de puestos de trabajo de forma directa e indirecta y que son muy positivos, cuando no necesarios, para que la economía ibicenca siga progresando y generando empleo. Ibiza nunca hubiera capeado mejor la devastadora crisis si no hubiera sido también y entre otros, por la gran aportación del sector del ocio.