Quiso la casualidad que Alfonso Molina, hasta ayer primer teniente de alcalde de Hacienda del Ayuntamiento de Ibiza, presentase su dimisión justo el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Porque, en efecto, ha sido la existencia de medios de comunicación libres e independientes la que ha puesto sobre la mesa una situación insostenible. Una reclamación por parte del SOIB, presidido por un conseller socialista nada sospechoso de participar en campañas contra otros miembros del PSOE, de más de 27.000 euros por irregularidades graves detectadas en una subvención de cursos de formación a parados. Acusado nada menos que de hinchar los costes “de forma ficticia y por tanto fraudulenta”, a través de subcontratar a las sociedades del “entramado societario” del cual él mismo sería el “nexo de unión” como si fuera una ETT, tanto del personal, como del material e incluso del alquiler del local.

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Actuación deshonesta.
Ha sido la prensa libre la que ha sacado a la luz este escándalo que, de no ser por nosotros, seguiría oculto, como están los otros expedientes que el propio Molina reconoce que existen. ¿Es adecuado que alguien sobre quien existen tales sospechas de obrar de forma tan deshonesta y tan poco ética, se encargue de las arcas de la ciudad de Ibiza y de la contratación municipal? No lo es y menos aún cuando es incapaz de dar la cara y ofrecer explicaciones sin eludir al medio de comunicación que lo destapó. Su continuidad en el equipo de gobierno devino, tras cargar contra el SOIB, sencillamente inviable.

Un veto indecente.
Hemos cumplido con nuestra obligación de informar sobre un asunto grave de evidente interés público sobre las irregularidades detectadas por el SOIB en la persona de un cargo público, nada menos que concejal de Hacienda. Hemos puesto el documento del SOIB en nuestra web, para que todo el mundo pueda valorarlo. Y pese a eso, debemos soportar censuras y descalificaciones de, entre otras, la responsable de prensa del Ayuntamiento de Ibiza, que además forma parte del Consejo de Administración del ente público IB3, lo cual explicaría el nulo interés que han tenido en informar del caso durante tantos días. Pero a pesar de todo, de los vetos que sufrimos y que parece que irán a más, seguiremos fieles con nuestra vocación de periodistas comprometidos con informar de forma rigurosa a nuestros lectores.