Una tormenta de verano provocó ayer viernes un nuevo caos en la isla de Ibiza. Calles anegadas, árboles caídos e incluso aguas fecales inundando las playas, como ocurrió en Platja den Bossa. La historia se repite año tras año y no se ve ninguna solución a medio o corto plazo.

Sin plan de contingencia a la vista cada verano hay que soportar este tipo de tormentas y esperar a que, además de daños materiales, no haya que lamentar ninguna vida humana. Pero la situación es insostenible.

Es cierto que se está construyendo un tanque para tormentas en Vila, pero es una medida totalmente insuficiente. Las instituciones se ven desbordadas por este tipo de chubascos que ponen al descubierto la fragilidad de las infraestructuras de la isla.

Un plan serio

Ya que actualmente las instituciones políticas están gobernadas por partidos del mismo signo político sería conveniente que llegasen a un acuerdo para solucionar de una vez por todas el caos que se vive en Ibiza cada vez que las lluvias azotan la isla con tanta fuerza.

Las infraestructuras muestran su fragilidad y lo peor de todo es que no da la sensación de que se vayan a buscar soluciones urgentes. Porque lo que está claro es que las debilidades están localizadas y los técnicos saben perfectamente cómo solucionar la situación.

Resignación

Pero no habrá ningún plan urgente para solucionar los problemas que ocasionan las tormentas. Los ciudadanos están resignados y los políticos, en un par de días, olvidarán lo ocurrido y volverán a sus quehaceres diarios. Deberían darse cuenta de la imagen tan lamentable que se da a los turistas que visitan la isla y también a residentes y negocios, que tras la inundación deben achicar agua y contar las pérdidas económicas derivadas de cerrar sus establecimientos para reparar los desperfectos y limpiar.

Ibiza presume de ser uno de los núcleos turísticos mejores del mundo, pero esa imagen puede perderse si no se mejoran aspectos como las infraestructuras básicas de los núcleos urbanos, incapaces ahora mismo de aguantar una tormenta como la vivida ayer en Ibiza, que aunque importante, no es excepcional.