Las compañías aseguradoras cifran en diez millones de euros los daños de la riada de Sant Llorenç, donde entre muchos más daños, hay diez casas apuntaladas. También hay importantes desperfectos en Son Carrió y s’Illot. A ello hay que añadir que muchas personas no tienen suscritas pólizas de seguros por sus bienes inmuebles o se trata de contratos que no prevén la magnitud de un siniestro como el de la semana pasada. Ante esta evidencia, la respuesta de las instituciones ha de ser la solidaridad. Dentro del tremendo daño padecido, el recuerdo de este zarpazo de la naturaleza también debe ser el de instituciones y ciudadanos que se volcaron para paliar los desperfectos y apoyar a muchas personas para salir adelante.

Ayudas compatibles.
La reunión celebrada ayer en Sant Llorenç con los representantes de las principales instituciones isleñas al frente, acordando que las ayudas que den a los afectados serán compatibles con las que lleguen de la Administración central. Se trata de una excelente decisión que coloca como prioritaria la necesidad de la recuperación de las colectividades afectadas. Solamente se pone una limitación: no se podrán cobrar más compensaciones que el daño sufrido. Sin embargo, los afectados sienten que no están solos y eso es lo más importante.

Partido de fútbol de solidaridad.
Todo apoyo es importante, incluida la iniciativa de la Federación Balear de Fútbol para conseguir que la selección española juegue un partido que permita obtener recursos para los afectados. Se trata de otro hermoso gesto (no debe olvidarse el que protagonizó Rafa Nadal) que consigue mantener viva la llama de la solidaridad. Los golpes de la naturaleza producen dramas irreparables como son la pérdida de vidas humanas, pero si luego la sociedad se conmueve y actúa, ayudando a los que han perdido seres queridos o soportado importantes pérdidas materiales, siempre será posible ganar el futuro.