Mañana se conmemora el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer, una jornada que persigue concienciar a la sociedad de la necesidad de erradicar el machismo en las relaciones personales; una actitud que en muchos casos acaba de manera trágica, como ocurrió hace unos días con el apuñalamiento mortal de Sacri Roca a manos de su expareja en Palma.

Mucho se ha avanzado en la denuncia de estos comportamientos durante los últimos años, circunstancia que ha evidenciado la falta de respuesta y medios por parte de los organismos públicos.

Cifras vergonzantes

Los datos estadísticos arrojan unas cifras que deberían avergonzar al conjunto de la sociedad, más teniendo en cuenta que, con total seguridad, son inferiores a la realidad. El comportamiento machista sigue imponiéndose en todas las capas de la sociedad, con independencia de la formación o posición económica.

Esta percepción se traslada, por desgracia, a otros campos de la sociedad que son incapaces de frenar una dinámica generada desde hace siglos. El trabajo por hacer alcanza muchos frentes, pero no cabe duda que el que afecta a la violencia contra las mujeres es el más urgente y dramático. Este domingo, en el que se han convocado numerosos actos, debe servir de aldabonazo social para revertir la situación.

Un movimiento imparable

España, según los datos estadísticos, figura entre los países que menos casos de violencia machista registran; otros países europeos o americanos se sitúan por delante con mucha diferencia. Esta posición ha sido posible gracias a una corriente constante de denuncia por parte de los colectivos más implicados y sensibilizados con el ataque a las mujeres, una violencia de género sobre la que es preciso trabajar desde todos los ámbitos; en los centros educativos por supuesto, pero también en el entorno más cercano y familiar. Hay que lograrlo. Ni una víctima más.