Situar a Balears en el reducido grupo de autonomías en las que el Estado tiene previsto invertir menos en este 2019, según el proyecto del Gobierno, merece una argumentación más seria que la de considerar que la aplicación del descuento del 75 % en los desplazamientos de avión y barco de los residentes a la Península compensa otras muchas deficiencias.

Los ciudadanos de las Islas no merecen ser discriminados en unos descuentos que también disfrutan los canarios, del mismo modo que tampoco merecen tener un sistema de depuración de aguas obsoleto, una crónica falta de plazas asistenciales o miles de alumnos en barracones. La indignación de los agentes sociales y formaciones políticas está ampliamente justificada.

Peso electoral

Balears es la única comunidad gobernada por el PSOE que ha visto cómo bajan las previsiones de inversión del Estado en los presupuestos, un documento de futuro incierto pero que ha dejado en la estacada al Govern de Francina Armengol a apenas cinco meses de las próximas elecciones.

Frente a la magnitud del agravio que suponen las cuentas presentada por el Gobierno, sólo una lectura en clave electoral explica este comportamiento. Los ciudadanos de las Islas soportan, otra vez, las consecuencias de su escasa representación en el Congreso y la ausencia de una voz propia; todo ello en un clima político que necesita compensar el independentismo catalán y las voces contrarias.

El REB, ya

Para romper este clima de protesta, el Govern debe alzar la voz y reclamar la aprobación del Régimen Especial de Balears de manera urgente. Sin más dilaciones. Este ejercicio de 2019 ya no podrá aplicarse, pero al menos se dispondrá de un argumento que garantice que no se seguirá utilizando a las Islas como una moneda de cambio y se compensará el esfuerzo de toda su sociedad con el resto de España.