Es natural que cuando se forma parte de un mismo equipo de trabajo, se acaben generando lazos afectivos que a menudo van más allá de lo estrictamente profesional. Incluso cuando se proviene de proyectos políticos diferentes, trabajar codo con codo integrando un mismo equipo de gobierno municipal, puede hacer surgir intensos y profundos lazos de amistad. Es lo que al parecer ha sucedido en Sant Antoni, donde el pesar por la apertura de juicio oral contra la concejala socialista de Governació, Aída Alcaraz, acusada de acoso laboral contra el jefe de la Policía Local, ha entristecido a sus colegas del Consistorio.

Irresponsabilidad.
El edil de Economia, Hisenda, Cultura i Educació, Francisco Tienda, parece ser uno de los más afectados por la situación, que aunque esperada y previsible, él considera profundamente injusta. Aunque Tienda es miembro de Reinicia Sant Antoni, sus elogios hacia Alcaraz en Facebook son importantes y suenan sinceros y convincentes. Esto le honra, pues nada hay más digno que defender a los amigos, sobre todo si se les considera acusados injustamente. Sin embargo, los calificativos utilizados por Tienda en clara referencia al funcionario jefe de la Policía Local que denunció ser víctima de acoso laboral por parte de la edil Alcaraz, llamándole «vil y rastrero», acusándole de «llegar a esta situación sólo por mantener un estatus obtenido ilegalmente», resulta gravemente irresponsable.

Habrá juicio.
Tienda es actualmente concejal de Sant Antoni y miembro del equipo de gobierno que lidera el alcalde Josep Tur Cires. Como autoridad pública que es, superior jerárquico del denunciante, no puede conducirse con semejante ligereza. Una cosa es expresar el convencimiento de la inocencia de Alcaraz y otra muy distinta es descalificar al denunciante de un hecho delictivo que será enjuiciado por un tribunal porque hay indicios racionales de la presunta comisión de un ilícito y porque, tras la instrucción judicial, se ha descartado que la denuncia fuese infundada. Incluso la Fiscalía ve indicios de criminalidad y acusa, pidiendo pena de prisión. Nada de ello menoscaba ni lo más mínimo la presunción de inocencia de Aída Alcaraz, intacta hasta que no haya una sentencia condenatoria. Pero Tienda, sondeado para integrar la candidatura socialista en Portmany, ha condenado ya a la presunta víctima y denunciante, algo inadmisible, imprudente y que podría tener consecuencias legales.