La reunión mantenida ayer en la sede de la Jefatura Provincial de Tráfico con los dirigentes de las autoescuelas logró un acuerdo que permitirá, en los próximos meses, normalizar los tiempos de espera en la obtención del carné de conducir. La falta de examinadores ha supuesto que, en los últimos años, las pruebas se demorasen entre tres y cuatro meses; circunstancia que ha supuesto un duro golpe para el sector en las Islas ya que ha derivado en el cierre de numerosas empresas. La satisfacción del momento no puede desviar la atención sobre la tardanza del Tráfico en dar respuesta a una demanda que beneficia, en definitiva, al ciudadano.

Listas de espera.
Las listas de espera para poder realizar las pruebas para la obtención del carné de conducir no han sido la consecuencia de una falta de examinadores por una circunstancia sobrevenida, al contrario, las carencias se habían cronificado desde hacía ya años sin que la Jefetura Provincial de Tráfico, dependiente de la Administración central, lograse aportar una solución. Las reiteradas denuncias de las autoescuelas han logrado, por fin, que la demanda fuese atendida aunque después de tener que pagar un elevado coste empresarial y, por supuesto, prestado un pésimo servicio a los aspirantes a conductores.

Desinterés de la Administración.
Tras la obtención del carné de conducir hay, en muchas ocasiones, la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo o alcanzar una movilidad imprescindible a nivel personal o familiar. La Administración no puede retrasar de manera deliberada las soluciones en función de la presión que puedan ejercer los afectados, la responsabilidad prioritaria es ofrecer el servicio público –en este caso la dotación de examinadores de Tráfico– con la mayor diligencia posible. Este problema debería haberse resuelto con mucha antelación a la reunión de ayer, la agilidad también debe ser una cualidad de nuestros gestores; una virtud que ha brillado por su ausencia.