El almacén de productos de primera necesidad de Cáritas de Ibiza vive una situación de escasez que compromete que se pueda seguir prestando la ayuda alimentaria que requieren las alrededor de 90 familias a las que se provee cada semana desde la entidad dependiente de la Iglesia católica. Las estanterías casi vacías demuestran que falta de todo, en especial pasta, arroz, atún y leche. Del último envío que recibieron en noviembre, apenas queda nada, explican los responsables de la entidad. Se trata de una situación grave ya que sin el socorro de Cáritas, los más necesitados de nuestra sociedad se quedan en desamparo.

Una sociedad solidaria.
La sociedad pitiusa ha demostrado en incontables ocasiones su solidaridad y su sensibilidad hacia las personas más desfavorecidas. Es preciso que ahora vuelva a estar a la altura del problema, porque los usuarios de Cáritas no pueden esperar a que el Ministerio de Agricultura envíe los productos. La ciudadanía y también las instituciones de la isla, puede y debe ayudar a revertir esta situación.

Ya no hay Banco de Alimentos.
El cierre del Banco de Alimentos de Ibiza y Formentera en abril del año pasado ha agravado la situación, ya que aquella entidad podía paliar las situaciones de falta de provisiones. Ahora ya no es así y deberán ser los ciudadanos, el Consell d’Eivissa y los ayuntamientos quienes hagan lo que esté en su mano para que Cáritas pueda seguir suministrando alimentos a aquellos que lo necesitan. La sociedad pitiusa no puede resignarse ante una situación así. Pero es preciso reflexionar ahora, que muchos parecen competir por aparecer como los que más hacen por los pobres, las personas sin hogar o en riesgo de exclusión social, que la situación por la que atraviesa Cáritas demuestra que los discursos triunfalistas están fuera de lugar. Las estanterías del almacén de la entidad diocesana lo demuestran.