Cuando la concejala Cristina Ribas dejó el partido por el que obtuvo su acta de regidora, Proposta per les Illes-Pi, para seguir apoyando el gobierno municipal de Sant Antoni (PSOE-Reinicia), el presidente del partido regionalista, Jaume Font, preguntó en el Parlament a la líder socialista y presidenta del Govern, Francina Armengol, sobre el flagrante caso de transfuguismo que el PSOE había instigado para beneficiarse políticamente. Armengol contestó que lo importante era que un gobierno progresista había podido acabar con la hegemonía del PP en Sant Antoni, sin entrar a valorar el tema de Ribas. Font le recordó que dicho cambio había sido posible gracias a los votos del Pi, cosa que todo el mundo parece haber olvidado, comenzando por el propio alcalde Josep Tur ‘Cires’.

Todo vale.
Da la sensación de que para el PSOE todo vale en Sant Antoni para seguir en el poder. Si hace unos meses aceptaban el voto de una tránsfuga como Ribas y la mantenían en el gobierno, incumpliendo clamorosamente el Pacto nacional Antitransfuguismo, ahora el candidato del PSOE, Simón Planells, incluye a la exedil del Pi en sus listas. ¿De verdad que hace falta manchar tanto la política de esta manera? ¿Necesita un candidato renovado como Simón Planells este fichaje para ser alcalde? Y todo, sorprendentemente, con la complicidad de los dirigentes de Reinicia, que venían a la política para actuar de otra forma y al final se han contagiado de lo que durante años han hecho los grandes partidos, entregándose completamente al PSOE.

Doble rasero.
Sería un buen ejercicio pensar qué hubiera pasado si esta actuación protagonizada por Ribas y el PSOE la hubiese hecho algún dirigente del PP en Ibiza. Los discursos éticos hubieran sido diarios. Los vecinos de Sant Antoni no merecen tanto desprecio, ni los votantes socialistas de buena fe que la lista de Planells esté integrada por una concejala que ha traicionado al partido con el que se presentó a las elecciones. ¿Están tan convencidos de que no lo volverá hacer? Porque en política el fin no justifica los medios, ni mucho menos.