En el último pleno de la legislatura, el Parlament aprobó ayer la proposición de ley de estatuto especial de capitalidad de la ciudad de Eivissa. Pese a las reticencias de Menorca, que incluso solicitaba un dictamen del Consell Consultiu para que se pronunciase en contra, la propuesta impulsada por PSOE y Podemos ha salido adelante. Todas las enmiendas se han rechazado y con el texto aprobado la capital pitiusa dispondrá una aportación mínima de 5 millones de euros para acometer inversiones.

La oposición de Més per Menorca.
Cuesta entender los argumentos del partido nacionalista menorquín, que para cuestionar la capitalidad de Eivissa llegó a plantear que Menorca no tiene capital o incluso peor. Este partido afirma que la “capital de Menorca es Menorca”, un planteamiento que intenta esquivar la fuerte rivalidad que hay entre Ciutadella y Maó. Realmente los políticos menorquines tienen un grave problema si no quieren abordar esta situación porque no deberían olvidar que una capital, como es el caso de Eivissa, soporta una mayor presión humana que debe ser acometida con servicios y, por ende, por más inversiones.

Imprescindible.
Lo importante es que a partir de ahora se establecerá un régimen jurídico especial que implica la creación de órganos interadministrativos para velar por los servicios de la ciudad, que correrán a cargo en un 30 por ciento por el Consell d’Eivissa y el 70 por ciento por el Govern. Gobierne quien gobierne deberá cumplirse este compromiso de financiación, lo que es una buena noticia para la ciudad. Pero a partir de ahora los políticos ibicencos cuentan con una herramienta para seguir exigiendo financiación para abordar las necesidades de la capital. No se puede ser conformista y, sobre todo, huir de las luchas partidistas porque lo que está en juego es positivo para todos los ciudadanos ibicencos.