El sector comercio se halla inmerso en un cambio copernicano por el impacto de las ventas a través de internet, que han modificado los hábitos y la tradicional relación del cliente con las tiendas. La cada vez más potente red de redes ha abierto las puertas a la globalización al permitir acceder a cualquier producto y servicio, sin horarios de apertura y cierre, desde cualquier lugar del mundo y mediante los millones de dispositivos electrónicos que mantienen a sus propietarios conectados durante las 24 horas del día. Balears es una de las comunidades con el porcentaje más elevado de compradores ‘on line’, por encima de la media estatal, lo que confirma la incidencia de esta práctica, con un gasto medio que oscila entre los 50 y 500 euros. Las compras por internet se han convertido en una práctica habitual en todas las Islas, con una repercusión creciente sobre el comercio tradicional.

Nuevas prácticas de consumo.
A las ventas a través de internet hemos de añadir otras prácticas como las ofertas del ‘black friday’ norteamericano, que ya se han incorporado al calendario de las economías domésticas. Un fenómeno consumista que en pocos años ha generado nuevos hábitos y ha obtenido una gran respuesta, hasta el punto de desbancar las rebajas convencionales. En definitiva, un escenario con novedosas prácticas y usos que la sociedad balear ha asimilado con extraordinaria rapidez. Nuevas costumbres que se imponen con una dinámica imparable a nivel mundial.

Especialización y oportunidades.
En este contexto de grandes cambios, los establecimientos locales deben reinventarse, apostar por la especialización y aprovechar todas las oportunidades que internet les ofrece, también a ellos, para la comercialización. El pequeño comercio debe reaccionar y dar respuestas inteligentes para no quedar al margen y beneficiarse de esta transformación. Para ello debe utilizar su proximidad e inmediatez, así como el trato directo y conocimiento del mercado local.