El presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, estuvo en Ibiza el miércoles para dar un corto paseo, hacerse unas cuantas fotos, y saludar a los pocos viandantes que se encontraban en aquel momento en la calle. Sánchez, que ya hizo una visita similar hace unos veranos cuando era líder de la oposición, no hizo declaraciones políticas, y tampoco participó en ningún acto para apoyar a los candidatos socialistas por Ibiza. A tenor de lo visto, Sánchez hubiese podido prescindir de su visita a la isla, que no aportó nada.

Sánchez, fugaz.
Ni media hora duró la presencia de Sánchez en Ibiza, que tenía previsto más tarde celebrar un mitin en Palma, donde sí se reunieron más de 2.000 personas. Pero su escala en Ibiza tiene poco sentido porque lo que se espera de un candidato es que haga algún tipo de declaración, que escuche los problemas de los ibicencos y, evidentemente, que protagonice algún encuentro con militantes y posibles votantes. Nada de eso estaba en su agenda del candidato del PSOE el mismo día que se supo que imponía un debate a su conveniencia en RTVE que a las siguientes horas ha tenido que rectificar.

Más contenido político.
A los políticos hay que exigirles que se comprometan con resolver los problemas de los ciudadanos. Las fotografías y las puestas en escena no tienen el más mínimo interés y, por el contrario, son una falta de respeto a los ciudadanos de las Pitiusas, que igual Sánchez no lo sabe pero padecen graves problemas que necesitan soluciones urgentes. Además, sorprende que Sánchez olvide que en Ibiza nació uno de los movimientos internos más comprometidos con su candidatura para recuperar el liderazgo del PSOE. Mientras la mayoría de socialistas ibicencos y mallorquines apoyaban a Patxi López, Sofía Hernanz y Marta Díaz no ocultaron su apoyo al actual presidente. Solo por eso Ibiza merecía un poco más que un paseo por Vara de Rey y algunos selfies.