La ministra de Comercio, Industria y Turismo, Reyes Maroto, aprovechó un acto electoral del PSOE en Sant Josep para anunciar que el Gobierno central invertirá diez millones en zonas turísticas maduras, al parecer desconociendo que esta medida no beneficiaría a Ibiza pues no hay zonas así declaradas. Horas más tarde, su departamento comunicó que este viernes el Consejo de Ministros aprobará una partida de algo más de 21 millones de euros para terminar las obras del Parador de Vila. Un anuncio acompañado de la correspondiente visita al castillo de Dalt Vila con toda la pinta de presentación, algo vedado en periodo electoral.

El Parador de Ibiza.
No deja de resultar sorprendente que en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones se pueda aprobar una partida que todos los políticos ibicencos llevan años reclamando sin que el Gobierno central, ni el del PSOE ni el del PP, hicieran nada al respecto. Da la sensación de que se trata de un intento de los socialistas para conseguir un resultado favorable en Ibiza en las elecciones del próximo domingo, y cuando falta apenas un mes para los comicios autonómicos y municipales. Hay que felicitarse que por fin se destine dinero que permita acabar el Parador, pero es muy cuestionable que este tipo de decisiones las apruebe un gobierno interino. Si estas medidas no son consideradas electorales, a partir de ahora todo estará permitido en campaña electoral.

Zonas turísticas maduras.
De la misma manera, también resulta sorprendente la promesa de aprobar una partida de 10 millones para zonas maduras, como si ese dinero pudiese servir para beneficiar a Ibiza. Quizás no hayan informado a la ministra de que no hay ninguna zona turística ibicenca en el listado de zonas maduras. Recordemos que el propio Consell renunció a designar zonas maduras porque, decían, podría servir para crear nuevas plazas turísticas. Si realmente no afecta a Ibiza, ¿alguien entiende las promesas de la ministra? Lo que está claro es que en campaña todo es posible y que sale muy barato hacer promesas. Cumplirlas es otro cantar.