Los ciudadanos de Vila han suspendido categóricamente la gestión desarrollada por el equipo de gobierno de PSOE y Guanyem que ha liderado el alcalde Rafa Ruiz. Con una participación muy similar a las elecciones municipales de 2015, el PP ha vuelto a ser la formación más votada en la capital de la isla. Sin embargo, los dos partidos que han gobernado la ciudad han restado apoyo electoral. El PSOE alrededor de 300, perdiendo dos concejales; y Ara Eivissa (antes Guanyem) desplomándose hasta la irrelevancia, un único regidor, Joan Ribas, que cosecha 1.700 votos menos que en 2015. Todo un correctivo ciudadano que otorga un suspenso a la gestión que han llevado a cabo en los últimos cuatro años.

Pacto casi imposible.
Rafa Ruiz no se da por vencido y aún ve alguna posibilidad de retener el gobierno de Can Botino, al igual que el candidato de Podemos-EU, Aitor Morrás, que entra en el Ayuntamiento con dos concejales, mucho peor resultado del que esperaban tener. En teoría, aún hay posibilidades de formar un gobierno progresista, como dijo Morrás, pero para ello deberían sumar dos votos más a los de PSOE (6), Podemos (2) y Ara (1), pactando con Ciudadanos (2) o con Proposta per Eivissa (2). Descartemos esa posibilidad con Vox (1). Se trataría de consensuar un pacto a cuatro bandas, cosa bastante complicada. Más fácil lo tiene el ganador de las elecciones, José Vicente Marí Bosó, pero todo dependerá de a quién decidan respaldar Cs y PxE, si al vencedor o a los perdedores.

De espaldas a la ciudadanía.
La gestión de Ruiz y Ribas en Vila está lejos de ser satisfactoria, como han sentenciado los votantes. Alejada de la realidad y con gran soberbia, las decisiones en asuntos importantes han sido adoptadas de espaldas a los ciudadanos. El caso del albergue de la calle Vicent Serra i Orvay es paradigmático. Y la incapacidad de algunos concejales del equipo de gobierno de solucionar problemas, como la falta de aparcamiento y la movilidad en la ciudad o los vertidos fecales, han contribuido a una derrota que con mucha probabilidad desalojará a la izquierda del gobierno de Vila.