El problema.
El desajuste entre Ibiza y Menorca se produjo cuando en 2007 se revisó el Estatut d’Autonomia y se creó el Consell de Formentera. Hasta ese momento las Pitiusas, sumando Ibiza y Formentera, tenían 13 diputados, igual que Menorca, mientras Mallorca sumaba 33 parlamentarios. Sin embargo, en esta última década se ha producido una importante brecha de población entre Ibiza y Menorca. Conseguir un parlamentario en Menorca es mucho más fácil que lograrlo en Ibiza, pero además se produce un agravio para los ciudadanos ibicencos. Es preciso cambiar esta injusta situación. Estos mecanismos correctores sí se aplican, en cambio, en los ayuntamientos, cuyo número de concejales varía según la población.
Cambiar la Ley Electoral.
No debería ser ningún obstáculo que ahora que arranca la legislatura los partidos políticos con representación parlamentaria comiencen a revisar la Ley Electoral. No se trata de ampliar la nómina de diputados, pero sí compensar parcialmente el agravio que sufre Ibiza y aumentar su representación en el Parlament, siempre buscando el máximo consenso entre todas las islas y todos los partidos políticos. La distribución de escaños por islas fue un tema que provocó grandes discusiones al inicio de la autonomía entre los políticos de las distintas islas, pero desde 1983 ha pasado el tiempo suficiente para abordar esta discusión de forma responsable y, sobre todo, evitando disputas entre territorios. Actualmente no tiene ningún sentido que Ibiza tenga un diputado menos que Menorca en la Cámara balear.
