Las negociaciones de Ciudadanos con el PP para gobernar en el Consell d’Eivissa se han atascado, pero tampoco hay que darle excesiva importancia. Se trata de una estrategia de negociación por parte de la formación naranja para intentar sacar un mayor rédito político a su conseller clave, porque de lo contrario no acaba de entenderse que Cs intente escenificar un acercamiento al PSOE después de anunciar y escenificar que su acuerdo con el PP estaba prácticamente hecho. Si se tratase de un debate sobre programa de gobierno, la postura de Ciudadanos podría estar justificada, pero no parece que sea así. Detrás de todo este baile de la confusión hay un intento por parte de la formación naranja de incrementar su peso en la institución insular con unos cargos que no le han otorgado las urnas.

Directrices de Mallorca.
Entender lo que está ocurriendo en Ciudadanos es tan fácil como ir a Twitter y analizar los comentarios que hacen públicos sus propios dirigentes. Mientras algunos no ocultan que el acuerdo con el PP es la mejor solución porque, argumentan, es lo que reclaman los votantes, desde Palma nada menos que la secretaria de organización Joana Capó defiende que no se ha de pactar con el PP a cualquier precio. Además de desconcertar a sus votantes flirteando con el PSOE, la imagen que se da al exterior es que la formación naranja busca sacar el mayor rédito en forma de cargos, una estrategia que en Baleares aplicaba a la perfección la desaparecida UM. ¿Quieren realmente en Ciudadanos ser una segunda versión de UM o pretenden convertirse en una fuerza política seria y respetada?

Cerrar las negociaciones.
Convendría, por lo tanto, que Cs se aclarase lo antes posible, pero sobre todo que asumiese que tienen un representante en el Consell, y que si gobierna con el PSOE, por ejemplo, difícilmente podrán modificar el PTI que tanto han denostado, y además deberán convivir con Podemos, algo que resulta difícil de imaginar. De ahí que no se entiendan los últimos movimientos de Ciudadanos.