AENA es la entidad que gestiona los aeropuertos españoles e Ibiza es uno de los destinos donde esta gestión da beneficios debido al gran flujo de pasajeros, sobre todo durante los meses de temporada. Pese a ello, AENA considera que no es necesario habilitar un arco exclusivo para los pasajeros de vuelos interislas, algo que sí se hizo en 2017 y parcialmente en el año 2018. La justificación es que en la actualidad hay 6 arcos dobles y 12 máquinas de rayos X por lo que el tiempo de paso por los controles de seguridad del aeropuerto son inferiores a los 3 minutos, algo que para AENA es totalmente satisfactorio y entra dentro de los parámetros óptimos.

Escaso respeto.
Hay que partir de una premisa importante. Un pasajero que debe superar los controles en el aeropuerto de Ibiza no está solo 3 minutos, como justifica AENA, y mucho menos en los meses sobre de julio y agosto. El tiempo de espera puede superar fácilmente los 15 minutos, sobre todo en las horas punta, pero los argumentos que da AENA resultan un desprecio, no solo a los ibicencos y formenterenses, sino también para las instituciones que de forma mayoritaria han pedido que se pongan en funcionamiento estos arcos específicos para los vuelos interislas, igual que ocurre en el aeropuerto de Palma, lo que supone un evidente beneficio para los usuarios.

Pensar en el pasajero.
Disponer de un arco de seguridad solo para los vuelos interislas no es un capricho de los residentes, ni un privilegio. Se trata de una mínima compensación para todas aquellas personas que deben trasladarse de una isla a otra por motivos de trabajo, sobre todo, y solo disponen del avión para hacerlo con rapidez. AENA demuestra una total falta de sensibilidad hacia el problema de los ciudadanos que residen en las islas, pero sobre todo resulta incomprensible que no se escuche la voluntad del Parlament. Lo que tiene que hacer ahora es rectificar y tener en cuenta las necesidades de los residentes. Solo eso.