El Consell d’Eivissa está buscando unos terremos para ubicar dos unidades de ITV móviles cuya licitación se está ultimando, con el fin de aliviar las listas de espera que se registran actualmente en la isla, que llegan a los cinco meses. Con estas unidades se espera sacar adelante un servicio que funciona de forma muy deficiente desde hace años y que, pese a los esfuerzos, no pudo solucionarse la pasada legislatura. Que un conductor deba esperar casi seis meses para la inspección de su vehículo, que además es un trámite al que obliga la propia Administración, resulta una muestra palpable de que no siempre la gestión pública es la mejor opción para los ciudadanos.

Tema urgente.
El nuevo gobierno de la institución insular no debería dejar en un segundo plano el problema del servicio de la ITV. Es un asunto de vital importancia para la isla y requiere una solución con urgencia. No valen más excusas ni tampoco más experimentos fallidos. Si hay que poner más trabajadores en el servicio sería recomendable eliminar aunque sea temporalmente algunas de las condiciones para trabajar para el Consell, como la acreditación de un determinado nivel de conocimiento del catalán, algo que no parece de vital importancia para un mecánico cuya función es determinar si los vehículos están en condiciones para seguir circulando.

Problema enquistado.
No alivia en absoluto que en Mallorca, donde hay cuatro estaciones, se comience a pensar en instalar una quinta porque la espera ha aumentado hasta los dos meses y la polémica generada obliga a actuar. El problema allí es nuevo, pero los ibicencos llevan ya demasiado tiempo sufriendo las consecuencias de un servicio ineficiente. Para Vicent Marí y Javier Torres, este debería ser uno de los asuntos prioritarios. Si hay que cambiar leyes para flexibilizar la contratación de técnicos, que se haga. Porque la situación no puede seguir así mucho más tiempo. Los ibicencos están cansados de excusas y de mala gestión y merecen soluciones a problemas ya enquistados.