La incertidumbre que, desde hace meses, lastra la política española, con un Gobierno del PSOE en funciones, unos Presupuestos estatales del PP prorrogados y una investidura fracasada, han abierto un escenario de inestabilidad, al que debemos añadir una posible convocatoria electoral. Unos comicios que son rechazados por la ciudadanía pero, a medida que se diluyen las opciones para que Pedro Sánchez obtenga la confianza del Congreso de los Diputados, adquieren mayores visos de celebrarse. Si a esto se suma el cada vez más elevado riesgo de una salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea, con las consecuencias que ello puede acarrear a la economía española y balear, principalmente en el sector turístico, el panorama es verdaderamente gris.

Buena temporada turística.
La inestabilidad general, sin embargo, no parece estar afectando a la presente temporada turística, con una ocupación hotelera muy similar al año anterior en la isla de Ibiza y sensiblemente menor en Formentera, donde en los últimos meses las pernoctaciones han bajado casi un ocho por ciento. Así pues, la temporada estival se prevé muy similar a la del año anterior, que fue buena, lo que permitirá consolidar el ritmo de crecimiento y de generación de empleo en las Pitiusas.

Estabilidad y gobernabilidad.
En todo caso, cuando el ciclo económico está emitiendo señales evidentes de que está cambiando, con indicadores negativos en creación de empleo, consumo e inversión, es preciso cerrar de una vez por todas este excesivamente largo periodo de interinidad, sucesivas elecciones y Gobierno en funciones. La incertidumbre genera desconfianza, política, social y económica. Los ciudadanos reclaman estabilidad y gobernabilidad. Y desde este punto de vista se diría que el líder socialista, Pedro Sánchez, elude su responsabilidad de intentar formar gobierno y que se siente cómodo con la actual situación política, lo que sería demostrativo de una gran irresponsabilidad.