De cada 10 litros de agua que se distribuyen en el municipio de Sant Josep, alrededor de 3,3 litros se pierden por las fugas de una red de suministro cuyas tuberías son excesivamente viejas en muchos tramos. La eficiencia en la distribución de este recurso, escaso y preciado, que además es caro de producir (si nos referimos al agua desalada), está lejos de ser óptima, no solo en el territorio josepí, sino también en muchos otros lugares de las Pitiusas. Y aunque hay que reconocer que en los últimos años se han hecho esfuerzos notables por mejorar la calidad del agua suministrada y por reducir las pérdidas, aún hay mucho trabajo por hacer.

Competencia insular.
Es aquí donde la creación de un organismo insular responsable de la gestión integral del agua, puede aportar soluciones y agilidad donde hasta ahora no las hay como sería deseable. Se trata de una petición que cuenta con consenso social y político; y que además, la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, en el encuentro que mantuvo con el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, dijo estar dispuesta a apoyar. Así pues, deben darse pasos decididos para que esta demanda se haga realidad, aunque no será fácil ni rápido.

Reto colectivo.
Mientras tanto, corresponde a las administraciones y a la ciudadanía hacer un uso responsable del agua. No desperdiciarla y ser ahorradores. Pero también es preciso asumir las exigencias de la Alianza por el Agua. Debe aumentar la cantidad de agua depurada que se reutiliza, así como optimizar el funcionamiento de las estaciones depuradoras, muchas de ellas obsoletas y necesitadas de modernización. Se trata de un reto que la sociedad ibicenca ha de asumir como colectivo y prioritario.