Desde que entró en vigor en Balears el Impuesto de Turismo Sostenible, también conocido como ecotasa, 151 proyectos presentados por las distintas administraciones han sido aprobados por la comisión creada al efecto. De ellos, 83 eran de ámbito medioambiental. Pese a ello, la entidad ecologista GEN-GOB, nunca ha mostrado su apoyo a los proyectos propuestos por las instituciones pitiusas, aunque muchos han sido de gran relevancia. Basta citar el proyecto para identificar la flora amenazada (2016), el atlas submarino para cartografiar la posidonia (2017) y el plan de mejora del paisaje forestal (2018), todos ellos aprobados o bien con la abstención o bien con el voto en contra de los ecologistas en la Comisión de Turismo Sostenible.

Los de 2019 tampoco convencen.
Tampoco los proyectos anunciados esta misma semana por el Consell d’Eivissa, que serán presentados para optar a la financiación con fondos de la ecotasa, despiertan el entusiasmo del GEN. Ninguno de los once proyectos anunciados cuenta por ahora con la aprobación de los ecologistas. Ni la construcción en sa Coma del nuevo parque insular de bomberos, ni una base para la Guardia Civil del Mar que garantizaría la presencia permanente de efectivos para vigilancia del litoral y un mejor control de la posidonia, ni el centro de interpretación del asentamiento fenicio de sa Caleta o el Museo del Mar y la Pesca. El GEN anuncia que si los proyectos se someten a votación en bloque, ellos votarán en contra.

Proyectos positivos.
La contribución del GEN-GOB a la preservación del medioambiente y a generar una mayor conciencia medioambiental es de gran relevancia y está fuera de toda duda. Sin embargo, a veces su postura pudiera ser interpretada como la de “eternos descontentos”. Si la ecotasa sirve para financiar proyectos positivos, independientemente del partido que los presente, es bueno decirlo. Y desde 2016 han sido algunos los proyectos que merecían el respaldo ecologista, y no lo han tenido.