A ninguna empresa del mundo se le ocurría prescindir de uno de sus principales activos en sus campañas de promoción, tal como hizo de forma equivocada el anterior gobierno del Consell, formado por PSOE, Podemos y Guanyem, partidos que excluyeron el ocio nocturno de las campañas financiadas con fondos públicos.

Estudio independiente.
Los contundentes datos del estudio elaborado por el economista Carles Manera, no sirvieron para que el gobierno presidido por Vicent Torres acabara con la desacertada decisión de apartar a la industria del ocio de la estrategia de promoción. Y eso que las magnitudes manejadas en el trabajo del ex conseller socialista hablan por sí solas: 770 millones de euros anuales de aportación de la industria del ocio a la economía de la isla; un 35% del total del empleo generado; y que un turista musical gaste el doble al día que una familia media del segmento de sol y playa. Las disfunciones e incomodidades que genera dicho sector no se solucionan dejando de promocionarlo a las bravas.

No es el único reto.
Acierta, pues, el nuevo director insular de Turismo, Juan Miguel Costa, al abrir la puerta a promocionar de nuevo el ocio que ha hecho de Ibiza una marca mundial. En absoluto debe suponer dejar de promocionar otros sectores y valores que hacen de la isla un destino único: gastronomía, cultura, deporte, patrimonio y medio ambiente, por citar solo algunos ejemplos.

Obviamente, recuperar la promoción del ocio nocturno no es el único reto ni el más importante que tiene por delante el tecnócrata al que ha confiado Vicent Marí la cartera de promoción. Ibiza se merece una estrategia de promoción consensuada y estable que no baile al son de cada cambio de gobierno. Gobiernos, patronales, sindicatos, partidos políticos y sociedad civil en general deben centrar sus esfuerzos en mejorar la conectividad, alargar la temporada, diversificar mercados y potenciar nuevos productos. Es obvio que para tan magna tarea no se puede prescindir de nadie ni privilegiar a nadie.