La Conselleria de Salut ha presentado esta semana pasada el presupuesto que tendrá el Área de Salud de Ibiza y Formentera, que recibirá 1,7 millones para gestionar en 2020. Se trata de un recorte de casi el 2% que no afectará al área de personal, según defendió esta semana semana la consellera de este área, Patricia Gómez. Un ‘tijeretazo’ presupuestario difícilmente comprensible para los ciudadanos de Ibiza y Formentera y más aún cuando ayer se publicó la actualización de las listas de espera.

Ránking de la vergüenza.
Los últimos datos de lista de espera, que el Govern hizo públicos ayer, ponen de manifiesto que Can Misses es el hospital con más pacientes que esperan tres meses para operarse. Así, Can Misses cuenta con 2.118 personas que están pendientes de una intervención de las que 342 llevan esperando más de tres meses frente a los 219 de Son Espases o los 15 del hospital Mateu Orfila, por ejemplo. Por desgracia, Ibiza es líder en este ránking de la vergüenza. La cosa no mejora si se pasa a observar las personas que están pendientes de una primera cita con un especialista: 6.208 personas están pendientes de ser recibidas por primera vez en Can Misses de las que 1.016 llevan más de 60 días (dos meses) esperando. En el caso de Formentera, 361 personas esperan una primera cita con el especialista de las que 26 llevan más de dos meses sin ser llamadas.

Mejorar la sanidad en las Pitiusas.
El Govern no debería haber recortado un 2% el presupuesto para el Área de Salud de Ibiza y Formentera. Y menos aún cuando, en paralelo, se destina un 16% más a asesores y cargos de confianza. La sanidad pública en las Pitiusas debe mejorar fidelizando a los profesionales sanitarios que, en muchas ocasiones, son los que animan a los propios pacientes a quejarse para que así se pueda visibilizar que no dan a basto en su día a día y que se necesita más personal para, entre otras cosas, conseguir reducir las largas listas de espera. No es de recibo que nadie tenga que esperar más de tres meses para poder ser operado o bien esperar más de dos meses para poder ser visto por un especialista. En cuestiones de salud, el tiempo siempre es vital.