La construcción del centro de baja exigencia de es Gorg sufre un nuevo revés tras conocerse que la junta de propietarios de este polígono denunció en diciembre de 2017 al Ayuntamiento de Eivissa por cambiar el uso a una parcela del polígono, tal y como revela Periódico de Ibiza y Formentera en su edición de hoy. Hasta el momento, no se había hecho público que es Gorg estuviera judicializado y esto, sin duda, puede suponer aún más retrasos en la construcción de esta infraestructura. El problema radica en que el Consistorio cambió el lugar de emplazamiento de es Gorg a una parcela que estaba definida como aparcamiento, lo que propició la denuncia de los propietarios. La denuncia viene dada porque se eliminan plazas de aparcamiento en esta zona industrial y no porque estén en contra de la construcción de este centro de asistencia social, según los propietarios.

Más problemas.
Este bache judicial en el futuro centro se suma a otros obstáculos que tendrá que superar, como el hecho de que esté en zona inundable y necesite un informe viable de Recursos Hídrics del Govern, que aún está en fase de estudio y del que, por el momento, no hay novedades. El Consell d’Eivissa ya ha manifestado su preocupación por el previsible nuevo retraso que sufrirá la construcción de este centro.

La realidad.
En paralelo a los largos trámites burocráticos, decenas de personas duermen y malviven cada día en las calles de Ibiza. Personas que cada día tienen que pensar y buscar qué comer, dónde dormir o con qué taparse para quitarse el frío. Los servicios sociales de los ayuntamientos y entidades como Cáritas o, incluso, personas particulares que se organizan para ayudar a quienes más lo necesitan, como el grupo ‘La voz de los que nadie quiere escuchar’, prestan su ayuda a quienes no tienen casa o a quienes están pasando por un bache económico por quedarse en paro o bien porque el alquiler se come buena parte del sueldo de su familia. La triste realidad de Ibiza es ésa, un motor económico en el que malviven decenas de personas en la calle. Las administraciones deben apostar más por los servicios sociales y desencallar, en la medida de sus posibilidades, recursos como el centro de baja exigencia de es Gorg.