Renunciar a la remodelación integral del primer cinturón de ronda para convertirlo en una avenida integrada en la ciudad, proyecto valorado en nueve millones de euros, es una enorme irresponsabilidad del alcalde de Eivissa, el socialista Rafael Ruiz. El objetivo de que esta vía deje de ser un muro artificial y acabar de esta manera con una ciudad dividida en dos es loable y todo alcalde debería aplaudirlo. Esta actuación responde fielmente al espíritu de la Ley de Capitalidad en la medida en que el colapso circulatorio es una de las consecuencias de la concentración de servicios insulares. Máxime si hay predisposición a introducir las mejoras sugeridas desde el Consistorio tal como aseguró ayer el vicepresidente y portavoz del Consell, Mariano Juan.

Excusas y doble vara de medir.
El Ayuntamiento de Eivissa no ha puesto reparo alguno a que el grueso de la inversión del Govern a través de la Ley de Capitalidad sea una promoción de vivienda pública, una competencia autonómica que nada tiene que ver con el hecho de que Vila tenga el estatus de capital. En cambio, ha rechazado la propuesta del Consell porque son «inversiones propias del Consell al ser las carreteras una competencia insular y se han de acometer fuera del ámbito de la capitalidad». Esta doble vara de medir según la administración que ejecute la inversión y la pueril excusa de que la reforma del primer cinturón no compensan a la ciudad «por la carga que soporta» demuestran que el alcalde, además de equivocarse, está politizando una Ley de Capitalidad que no es patrimonio de ningún partido y que salió adelante por unanimidad. A la vista de que el Consell no tiene ninguna obligación de reconvertir una carretera en un bulevar para acabar cediéndolo al Ayuntamiento es de esperar que Rafael Ruiz reconsidere su negativa en un futuro.

Error de base de la Ley de Capitalidad.
El primer conflicto sobre la Ley de Capitalidad demuestra que la redacción del texto es mejorable y que no está realmente garantizado que las inversiones del Govern y del Consell sean extra y realmente compensen la capitalidad.