La llegada de cruceristas hasta septiembre, último dato actualizado de Autoritat Portuària de Balears (APB), pone de manifiesto que el puerto de Ibiza ha recibido en los nueve primeros meses del año un total de 350.073 viajeros, una cifra que ya sobrepasa el total de 338.849 que se contabilizaron en 2017, cuando se alcanzó el máximo histórico. Por tanto, el presente año concluirá con récord de cruceristas en Ibiza, sobrepasando con creces las cifras de 2017.

El debate.
Las patronales empresariales, como la pequeña y mediana empresa de Ibiza y Formentera, se muestran a favor de este tipo de turismo ya que, por poco que sea, gastan en tiendas, restaurantes y cafeterías. Por contra, entidades ecologistas como el GEN alertan de la contaminación que provocan estos grandes buques y apuesta por reducir su presencia en Ibiza. Cabe recordar que la Mesa de Cruceros organizada por el Consell d’Eivissa a principios de este año acordó limitar la llegada de cruceros a un máximo de tres por día para disminuir la presión medioambiental y social causada por el desembarco a la vez de varios cruceros.

Impacto económico.
La realidad es que el turismo de cruceros es una de las vertientes que también aportan y suman a la economía pitiusa, sobre todo en temporada baja. Precisamente, la temporada de cruceros cada vez está más presente en los extremos de temporada ya que, sin ir más lejos, este año empezó a mediados de febrero y concluyó a finales de noviembre. A esto hay que sumar que el último estudio de APB, fechado en 2015, sobre el impacto de esta actividad en la isla de Ibiza pone de manifiesto que el turismo de cruceros generó 28 millones de euros en la mayor de las Pitiusas, unas cifras que, previsiblemente, sean más elevadas en la actualidad. Las Pitiusas, sobre todo Ibiza, no debe despreciar la llegada de cruceros y debe apostar por encontrar el equilibrio medioambiental, social y económico de esta actividad económica.