La posibilidad, contemplada en la Ley de la Vivienda balear, de que el Govern asumiese la gestión del buena parte del parque inmobiliario de los grandes tenedores en las Islas –las entidades financieras– ha provocado su salida al mercado. Muchos pisos que habían quedado retenidos a la espera de una mejora en sus posibilidades especulativas en las Islas se han visto en la obligación de salir al mercado, un movimiento que cabe suponer que permitirá abaratar su precio; tanto en régimen de alquiler como de compraventa. Cuestión distinta será la incidencia real en la solución de en uno de los problemas más graves para la mayoría de los ciudadanos de Balears.

Un millar de inmuebles.
A tenor de los datos disponibles, los bancos están agilizando la salida al mercado de poco más de un millar de inmuebles, la mayoría pisos. En términos absolutos la afectación respecto a la demanda global es mínima, pero en todo caso hay que admitir que supone un primer paso que puede generar una nueva dinámica. El equipo del departamento que lidera el conseller Marc Pons debe ser consciente de que la política en materia de vivienda en Balears requiere acciones más ambiciosas, gestionar el parque actual del Ibavi y su ampliación para atender de manera correcta la demanda requiere cuantiosísimas inversiones. La incautación de las viviendas en manos de los bancos tiene un cariz más simbólico que real.

Tomar la iniciativa.
La Administración, como ocurre con demasiada frecuencia, no puede derivar sus responsabilidades por el encarecimiento del precio de la vivienda –tanto en venta como en alquiler– en los particulares. Las instituciones en su conjunto tienen capacidad inversora para generar un nuevo marco entre la oferta y la demanda, esenciales para marcar los precios inmobiliarios. Es el momento de tomar la iniciativa, avanzar en las primeras medidas y consolidad un proyecto sólido y sin improvisaciones.