El proyecto de la depuradora de Portinatx ha estado dos años estancado en el Govern pendiente de informes técnicos que se eternizaban en los despachos de la Conselleria de Medi Ambient de una infraestructura que ni siquiera iba a ser pagada con fondos autonómicos. A diferencia de otras depuradoras, el Ayuntamiento de Sant Joan tendrá que financiar esta necesaria obra para los vecinos del municipio. Además de ser grave que los informes se atasquen por la incompetencia de los responsables de Medi Ambient, más grave aún es el desinterés del Ejecutivo por asumir el coste de una obra por unas competencias que son suyas.

Demasiada burocracia.
Muchos ciudadanos suelen sufrir la lentitud de la burocracia de las instituciones. En ocasiones las demoras se deben a que los expedientes tienen que cumplir una serie de plazos imprescindibles, pero en el caso de la depuradora de Portinatx el problema debe al laberinto interno de la Conselleria de Medi Ambient. Mucho más grave es, como dice el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí ‘Carraca’, ni siquiera haya habido comunicación entre la Comisió Balear de Medi Ambient y la Dirección General de Recursos Hídricos. Ni estando en el mismo edificio son capaces de comunicarse, pero mucho peor es que mientras el exconseller Vicenç Vidal venía a Ibiza a hacerse fotos su departamento era incapaz de resolver con la celeridad que se merecía el expediente de la depuradora. Afortunadamente para Ibiza (recordamos su nefasta gestión con la matanza de cabras de es Vedrá) Vidal ya no es conseller.

Reivindicación.
La construcción de una depuradora en Portinatx es una reivindicación histórica del Ayuntamiento de Sant Joan. Se trata de una necesidad que puede quedar solventada en un plazo de un año, dice el ayuntamiento. Pero la financiación tampoco es una cuestión baladí. Es más que previsible que si el gobierno de Sant Joan hubiese estado en manos de partidos progresistas la obra la estaría financiando el Govern. Y seguramente hubiesen sido más rápidos en tramitarla.