La delimitación de las calles en las que se aplicará el decreto antiexcesos, cuyo objetivo es limitar la venta y el consumo de alcohol, aprobado recientemente por el Govern balear, es tan absurda que provoca que bodegas de las calles adyacentes, como la calle Soledad, puedan vender alcohol sin las restricciones que sí sufrirán otros negocios situados a escasos 50 metros de distancia. Que unos empresarios puedan actuar de una determinada manera y otros situados en la calle siguiente, de otra, no puede calificarse de otra manera que de discriminación. La arbitrariedad que supone que unos negocios puedan ejercer una actividad bajo unas determinadas condiciones y otros bajo otras más restrictivas es contraria al espíritu que debe presidir la actuación de los gobernantes.
Editorial
Absurda zonificación del decreto antiexcesos
03/03/20 4:01
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