Uno de los principios básicos para luchar con la mayor efectividad posible contra la pandemia que esta azotando al mundo entero y que se está ensañando con nuestro país con crueldad; no puede ser otro que el de la unidad de acción para hacerle frente.

Pero a pesar de semejante escenario hay quien no quiere enterarse y ha decidido hacer la guerra por su cuenta y con ello tratar de sacarle rendimiento político al sufrimiento de nuestra sociedad. Parece mentira que no sean capaces de pensar primero en los miles y miles de afectados por el coronavirus, los que están hospitalizados, los que están aislados en sus domicilios con síntomas leves o los familiares de todos los que han fallecido y que no han podido ni tan siquiera despedirse de sus seres queridos.

Los que han decidido actuar de una forma tan mezquina, no son otros que la extrema derecha de Vox y sus seguidores incondicionales del PP. Están intentando obtener rédito del sufrimiento de la sociedad española, demostrando con ello de lo que son capaces de hacer con tal de tratar de destruir a sus rivales políticos.

De todos es conocida la decisión de la extrema derecha de cortar todo tipo de relación con el Gobierno; ahora ya ni tan siquiera se dignan a coger el teléfono para mantener una conversación con el Presidente. Pero eso no les parece suficiente y han dado un paso más, demostrando hasta donde llega su indecencia; ahora acusan directamente a Pedro Sanchez de ser responsable directo de los miles de muertos con coronavirus y, para que nos quede claro a todos que nada les importa ni el presente, ni el futuro de nuestra sociedad, el jueves votaron en contra de la prorroga del estado de alarma propuesta por el Gobierno de la nación. Son precisamente los defensores a ultranza de las dictaduras de derechas, los que se atreven a hacer semejante afirmación.

Quien también ha decidido sacar los muertos al debate político es el Partido Popular de Pablo Casado. Se suma a Vox en lo de hacer una política sucia, optando por acusar a Sanchez de mentir intencionadamente sobre el número de víctimas con coronavirus. Y en la línea de hipocresía a la que nos tienen acostumbrados Casado y el resto de actuales dirigentes del PP finalmente votaron a favor de la prorroga del estado de alarma, pero dejando caer en su discurso que lo que puede pretender Sánchez es mantener sine die el citado estado y advirtiendo al presidente de que este no es el camino.

No se puede actuar lanzando muertos al gobierno de la nación, afirmando que se están falseando las cifras, cuando su propio partido (PP) al frente del gobierno de la Comunidad de Madrid ha estado ocultando las cifras de las personas fallecidas en las residencias de la tercera edad de su comunidad.

En cualquier caso, no debe extrañar a nadie que Casado haya decidido sumarse a su idolatrada extrema derecha para hacer una oposición miserable en momentos como los actuales; si tenemos en cuenta lo que opina sobre todo lo que está ocurriendo, la conocida FAES, encabezada por la persona a la que más admira el presidente del Partido Popular, Aznar. Según FAES, el peligro real no es tanto el coronavirus sino el peligro de que se aproveche esta pandemia para acabar imponiendo un estado marxista.

Despreciable el comportamiento de estos dos partidos, que parece que estén disfrutando con la situación, demostrando con ello lo alejados que están de lo que se necesita ahora mismo, que es básicamente responsabilidad. En la lucha contra esta pandemia deberíamos estar todos unidos y ser muy solidarios, pero está claro que algunos han decidido romper la unidad política demostrando una grotesca deslealtad.