Bajo el signo de la incertidumbre y con numerosos aspectos aún sin respuesta, Balears inicia hoy la ‘fase cero’ de la desescalada, que forma parte del Plan de Transición hacia la Nueva Normalidad. Consiste en una etapa preparatoria en la que, además de medidas de alivio comunes para todo el país, se facilitarán pequeñas aperturas en la actividad económica. Así, se podrán abrir establecimientos con cita previa para la atención individual de los clientes y los restaurantes podrán elaborar comida para llevar, pero sin consumo en el local. Las nuevas normas, que ya empiezan a aplicarse hoy, fueron publicadas ayer mismo en el BOE y comunicadas también ayer a las asociaciones profesionales. Todo ello provocó el malestar y descontento de Pime-Mallorca, que denunció la «improvisación del Govern». Empresarios del comercio, la restauración y el taxi demandan explicaciones.

Sólo Formentera en la fase previa
Aún cuando sigue en vigor el estado de alarma decretado el 14 de marzo, empieza un largo desconfinamiento, que se prolongará durante las próximas semanas. En Balears la única isla que accede directamente a la ‘fase 1’ es Formentera, al no aceptar el Ministerio de Sanidad la petición del Govern para que Menorca y Eivissa también participen de la fase previa.

Balears necesita recursos y estímulos
En este contexto, la presidenta del Govern, Francina Armengol, pide a Pedro Sánchez una reunión bilateral para tratar la situación «especial de Balears» y la necesidad de un «apoyo extraordinario» por parte de España. Con una previsión de caída del 30 por ciento del PIB regional y una economía dependiente del turismo y los servicios, Balears necesita estímulos específicos y más recursos que otras comunidades, con la flexibilización de los ERTE, garantizar la liquidez a las empresas y concretar los criterios de la UE para la apertura de los aeropuetos. Concretamente, los controles para los viajes de los residentes en los estados miembros.