La decisiva cumbre que esta semana celebra el Consejo Europeo concretará el reparto del Fondo de Reconstrucción y el presupuesto de la Unión Europea para 2021-2017. Charles Michel, presidente del organismo que integra a los veintisiete primeros ministros de los Estados miembros, advierte que «se trata de un debate extremadamente difícil porque no tiene precedentes y por la cantidad de dinero en juego». El paquete total a distribuir supera los 1,8 billones de euros, una cantidad que no se había negociado antes en la historia de la Unión. Si se añaden los 540.000 millones de euros de la triple red de seguridad aprobada por el Eurogrupo, la intervención equivale al 17 por ciento de la Renta Nacional Bruta de la UE. La alineación por bloques en la que ha sido definida como ‘cumbre de todas las cumbres’ complica extraordinariamente la tarea de impulsar una posición unánime. Por ello Michel advierte que «el Consejo Europeo no puede convertirse en una suma de coaliciones».

Rechazo de los países ‘frugales’.
España, que aspira a conseguir 66.000 millones del fondo europeo en 2021, acude a este encuentro con una posición debilitada al perder la carrera para presidir el Eurogrupo: la vicepresidenta Nadia Calviño cayó frente al irlandés Paschal Donohoe. Duele, pero no hay tiempo que perder. Pedro Sánchez -que ya se reunió con Antonio Costa en Lisboa y recibió en Madrid a Giuseppe Conte- mantendrá, antes del viernes, encuentros con Angela Merkel en Belín; y en Estocolmo y La Haya con Stefan Löfven y Mark Rutte, dos de los cuatro países ‘frugales’ que rechazan un fondo de recuperación europeo basado en los subsidios.

Sobrecostes de la insularidad.
España debe emplearse a fondo porque hay mucho en juego: los 750.000 millones de este fondo de reconstrucción y el presupuesto de la UE hasta el 2027, que, en el caso de Balears, debería incluir compensaciones para reducir los sobrecostes provocados por la insularidad.