El conseller de Turismo del Govern, Iago Negueruela, está impulsando una serie de reuniones para reactivar lo que al principio del verano, y tras finalizar el estado de alarma, se llamaron corredores seguros. Se trataba de crear enlaces entre Baleares y los principales destinos emisores de turismo para reactivar la llegada de visitantes, pero ese proyecto se truncó cuando se dispararon en las islas los números de contagios. La situación en Baleares, y en las Pitiusas en concreto, no puede ser peor: apenas hay turistas en pleno septiembre en territorios amenazados por la COVID-19.

El fin de la temporada.
Da la sensación de que el conseller Iago Negueruela va dando tumbos sin saber muy bien qué hacer tras haber vivido la peor temporada turística de la historia de Baleares. Cuando Alemania decidió que las Islas se unirían a la ‘lista negra’ de destinos no seguros, Negueruela, recordemos, seguía diciendo que la temporada turística no podía darse por acabada. El conseller de Turisme intentó sin éxito inyectar un poco de optimismo en un sector turístico que se veía obligado a cerrar hoteles por falta de clientes. Primero se marcharon los británicos y poco después los alemanes se sumarían al veto de Baleares. Un auténtico desastre.

Controlar la enfermedad.
Hay que ser realistas. No habrá corredores seguros mientras la COVID-19 no esté totalmente controlada en las Islas. Por eso no servirá de nada teorizar sobre los enlaces aéreos entre Baleares y los destinos emisores mientras se sigan disparando los casos de infectados por el coronavirus. Los turopeadores alemanes y británicos están deseando como locos traer miles de turistas a Balears, pero ahora mismo no se dan las circunstancias para hacerlo. ¿Quién quiere venir a una región donde ya hay barrios confinados, como ocurre en Ibiza y Mallorca? Hasta que no llegue la vacuna lo que hay que hacer es trabajar para controlar la enfermedad y, sobre todo, limpiar la imagen como destino turístico de Balears, ahora mismo muy dañada por culpa de la situación sanitaria.