El mismo día que venció el plazo para presentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, el presidente del Gobierno suspendió la aplicación de las reglas fiscales en 2020 y 2021. Y ahora Pedro Sánchez aguarda a los próximos días 21 y 22 para celebrar el debate sobre la moción de censura promovida por Vox. La estrategia del PSOE consiste en utilizar esta iniciativa como palanca para conseguir los apoyos parlamentarios que desbloqueen, en el Congreso, la aprobación de las nuevas cuentas del Estado. Desde el Gobierno y el grupo parlamentario socialista se llevan a cabo gestiones destinadas a recabar los votos de Ciudadanos, el PNV y otras formaciones nacionalistas, regionalistas, independentistas y partidos de izquierda que ya se unieron en junio de 2018 para acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy y, después, en enero de este año, apoyaron la investidura de Sánchez para formar el Gobierno de coalición con Pablo Iglesias.

Ariete contra Pablo Casado.
Al mismo tiempo, la moción de censura de Santiago Abascal, abocada al fracaso desde el primer día que fue registrada, será utilizada por el PSOE como un ariete para cuestionar al jefe del primer partido de la oposición, Pablo Casado. La iniciativa de Vox coloca al PP en una situación incómoda y facilita los planes socialistas para dejar en fuera de juego a estas formaciones, que se disputan la primogenitura y el liderazgo de la derecha en España.

La UE exige otro marco presupuestario.
La Unión Europea exige a España un nuevo marco presupuestario para obtener y gestionar la financiación extraordinaria destinada a la reconstrucción social y económica. El severo impacto de la pandemia impide que en España puedan seguir en vigor los Presupuestos aprobados en mayo de 2018. La moción de censura de Vox es el instrumento para cohesionar la mayoría parlamentaria que aprobará las nuevas cuentas generales del Estado.