La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, advierte que «los cuadros presupuestarios beben de los macroeconómicos», al admitir que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2021 redactado por el Gobierno PSOE-Podemos está condicionado por la propagación de la pandemia. La segunda oleada del coronavirus ha adquirido una extrema gravedad al impactar sobre una Europa agotada con varios países obligados a aprobar nuevos confinamientos. Al mismo tiempo, aumenta la tensión en las calles con protestas y disturbios promovidos por los grupos antisistema que provocan alarma social. En este contexto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez presenta unas cuentas generales para el 2021 cuya cifra de gasto jamás se había presupuestado: 456.073 millones, de los que el 36 por ciento se destina a las pensiones.

Convivencia con el coronavirus.
Sánchez e Iglesias no pueden seguir gobernando con los Presupuestos que aprobó Mariano Rajoy en mayo de 2018, que ya han sido prorrogados en dos ocasiones, porque la triple emergencia sanitaria, económica y social de la Covid exige medidas que sólo podrán aplicarse con otro escenario de gasto. Una exigencia que también reclama la Unión Europea para aportar a España los fondos destinados a la recuperación. Pero, al persistir la incertidumbre, el periodo de convivencia con el virus se prolongará mientras no se obtenga una vacuna eficaz.

Restricciones para sectores relevantes.
El mantenimiento de las restricciones -movilidad y conectividad- afectará, según reconoce el Gobierno, a «sectores de especial relevancia como el turístico, la hostelería o el comercio». Son las tres actividades sobre las que pivota y de las que depende la economía del conjunto de las Baleares. El Govern y la sociedad civil de las Islas deben reclamar con más contundencia al ser la comunidad donde se han destruido más puestos de trabajo. Baleares necesita recursos y medidas de apoyo que el Gobierno no le puede negar.