Alrededor de un millar de mujeres viven en Baleares vigiladas por la policía para evitar que puedan ser víctimas de una agresión machista, una cifra que conviene tener muy presente en una jornada como la de hoy, en la que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para hacer una idea de la magnitud del problema, durante el año en el que la banda ETA acumuló el mayor número de acciones terroristas, algo más que ochocientas personas en todo el País Vasco tenían asignadas escoltas. La comparación habla por sí sola de la gravedad de un problema social que no logra erradicarse.

Violencia machista.
Desde hace ya décadas en España se está tratando de realizar una labor didáctica contra la violencia machista, papel en el que las organizaciones feministas tienen una papel determinante. El rechazo a estos comportamientos está compartido por una amplia capa de la sociedad balear, una condena que se debe reiterar hasta la saciedad; la batalla contra este tipo de acciones injustificables no puede cesar hasta quedar totalmente erradicada. No obstante, conviene recordar que nuestro país no encabeza, con diferencia, los índices de violencia machista en Europa aunque hacen falta criterios de homogeneización de los datos. Es mucho lo que se ha avanzado, pero también es mucho lo que queda por recorrer.

Más conciencia.
La conmemoración de hoy es un buen pretexto para insistir en la estrategia de prevención y condena de la violencia machista, este Día Internacional de la Violencia contra la Mujer nos recuerda la situación dramática que viven cada día un millar de mujeres en nuestras Islas; obligadas a recelar en todo momento de ser víctimas de una agresión. La lacra de la violencia machista no hace excepciones y, Baleares, por desgracia, ha sabido de sus trágicas consecuencias. No hay que olvidarlas. Nunca.