El último informe de coyuntura económica de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) vaticina una recuperación más lenta de lo que anunciaron los expertos al inicio de la crisis, cuando desde el Gobierno se aseguraba que la evolución dibujaría una uve, con un desplome vertiginoso seguido de una remontada casi en vertical. No será en el caso de Baleares, donde llevará tiempo absorber la pérdida de un 25 por ciento del Producto Interior Bruto. El precedente no puede ser más nefasto. La caída de la actividad turística ha superado las previsiones más negativas. Dentro de las negativos datos de Baleares destaca con preocupación las Pitiusas, que han visto descender un 34% su PIB en el tercer trimestre, es decir, en verano. Se trata del desplome más grave de las Islas, pues en Mallorca el descenso fue de un 29,5% y en Menorca de un 29,2%.

Demasiadas incertidumbres.
Aunque el inicio de las campañas de vacunaciones masivas son inminentes –Gran Bretaña ya ha comenzado y en las próximas semanas lo hará el conjunto de la Unión Europea, Estados Unidos y el Canadá–, lo cierto es que siguen manteniéndose muchas incógnitas sobre la eficacia real de las vacunas contra la COVID-19; especialmente, en lo que hace referencia al período de inmunidad. De todos modos, no cabe duda de que la vacunación supone un cambio radical del escenario social y económico, aunque su impacto sobre la economía obliga a trabajar con meras especulaciones.

Devastación empresarial.
Uno de los aspectos clave que explican esta lentitud en la reactivación de la economía balear reside, precisamente, en la desaparición de buena parte del tejido empresarial –en especial, el vinculado al sector servicios– que ha provocado la pandemia. Han sido miles las pequeñas y medianas empresas que han tenido que cerrar ante la imposibilidad de sostenerse en pie estos meses. Con este punto de partida es obligado sospechar que recuperar el ritmo de la economía distará mucho de aquella uve que se perfilaba en las primeras semanas del coronavirus, durante el pasado mes de marzo. Sólo hasta que quede resuelta la crisis sanitaria podrá acometerse la recuperación económica. Mientras tanto, es vital que se empiece a apostar por ayudas directas a las pequeñas y medianas empresas, como ya ha hecho Alemania.