El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, presentado el 7 de octubre por Pedro Sánchez, asigna a España 140.000 millones de euros, de los que 72.700 corresponden a ayudas directas que no habrán de devolverse a Bruselas, y 67.300, a préstamos. Son los fondos ‘Next Generation UE’ dirigidos a la reactivación post-Covid que plantean dos grandes objetivos: la descarbonización y la digitalización. Para constatar la magnitud de estos recursos, que se podrán gastar los próximos seis años, basta recordar que durante el período 2014-2020 España ha recibido de la Unión Europea, en concepto de fondos para la cohesión, unos 7.800 millones de euros, algo más del cinco por ciento de esa cantidad. En los Presupuestos Generales del Estado para el 2021 el Gobierno PSOE-Podemos ya incluye una partida de 27.000 millones de euros de estos fondos.

Presenta el Gobierno central.
La presidenta del Govern, Francina Armengol, manifestó el 10 de diciembre en el Parlament que «unos 600 proyectos de Baleares» son susceptibles de optar al ‘Next Generation UE’ y están sobre la mesa». Pero al mismo tiempo, desde el Consulat de Mar, admitieron que «no sabemos cuánto corresponderá a Baleares, porque es el Gobierno central quien tiene que presentarlos al mecanismo de financiación». Efectivamente, cada Estado miembro elevará sus proyectos nacionales a la Comisión Europea.

Reactivar la economía regional.
Baleares, que lidera el aumento del paro y la destrucción de empleo en España, se juega mucho en este envite. Tras el fracaso del Régimen Especial -aprobado en febrero de 2019 y que sigue pendiente de desarrollo- y la insuficiente financiación autonómica, el Govern debe exigir fondos europeos para reactivar nuestra economía regional. Para ello debe presentar proyectos solventes, que cumplan los objetivos de las ‘políticas palanca’ y recabar apoyos políticos para que no volvamos a quedar relegados.