La evolución de la pandemia de coronavirus en Ibiza vuelve a ser preocupante. En poco más de 15 días, la incidencia acumulada a 14 días se ha doblado hasta llegar a los 293 casos por cada 100.000 habitantes y se ha aumentado la presión asistencial en la sanidad. Hoy el BOIB publicará de manera oficial que a partir de este jueves Ibiza retrocede de fase 2 a fase 3 con medidas más estrictas, pues el toque de queda vuelve a establecerse de 22.00 horas a 06.00 horas. Además, se cierra el interior de bares y restaurantes y también vuelve a estar prohibido fumar en la calle y terrazas, entre otras medidas.

Incumplimientos.
El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, reconoció ayer que se trata de medidas contundentes, pero admitió que la situación vuelve a ser grave y el objetivo es salvar vidas. «Son datos que preocupan porque todo el camino que habíamos avanzado lo hemos perdido en poco más de 15 días», precisó. En esta línea, la portavoz del Govern, Pilar Costa, explicó que se han detectado incumplimientos en las medidas de prevención del virus y que ha habido brotes en el ámbito familiar en la semana de Navidad, si bien no precisó cuántos ya que la información sobre los brotes la darán este jueves.

El objetivo.
Ibiza y Formentera tienen por delante la difícil tarea, igual que el resto de Baleares, de reducir la cifra de contagios y mantener controlada la pandemia de cara a salvar la próxima temporada turística. Las Pitiusas no pueden permitirse el lujo de vivir otra temporada ‘en blanco’, sin apenas actividad de su principal motor económico ya que muchos puestos de trabajo y el bienestar social de la ciudadanía dependen del turismo y actividades que derivan del mismo. Ayer se pusieron las primeras vacunas contra el coronavirus en las Pitiusas, lo que sin duda es una gran esperanza, pero la realidad es que la ciudadanía debe ser consciente de que, pese a la vacuna, hay que seguir manteniendo las medidas de prevención de contagios porque nos va la salud y la economía en ello.