El Gobierno empieza hoy la negociación con sindicatos y empresarios para definir la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), a los que están acogidos, con datos a cierre de finales de noviembre, casi 750.000 trabajadores. La actual regulación de estos instrumentos de protección está en vigor hasta el próximo día 31 de este mes de enero y las asociaciones empresariales hace tiempo que reclaman extenderla hasta el 9 de mayo, cuando concluye el actual estado de alarma. Pero desde los ministerios de Trabajo y Seguridad Social no se quiere hablar de plazos. Hay acuerdo en que la paralización de la economía exige continuar los ERTE en los sectores que no han recuperado su actividad, donde destaca sin lugar a dudas el turismo; y los sometidos a restricciones, como hostelería y comercio. Baleares es la región más perjudicada en todo el país por el severo desplome del turismo, la hostelería y el comercio. No hay nada más que ver los datos del paro. Y es que el último informe de coyuntura económica pone de manifiesto que el virus ha acabado con siete años de creación de empleo en las Islas.

Evitar el cierre de empresas.
La presidenta de la Asociación Balear de la Empresa Familiar (ABEF), Esther Vidal, manifiesta que los ERTE deben continuar para evitar «una catástrofe mayor y de efectos monumentales en el tejido empresarial». Y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos reclama un paquete de medidas directas, extendiendo los ERTE a todo el 2021 para que no se produzca «el cierre de miles de empresas y la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo»; aunque la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos advirtió ayer que «el Gobierno va tarde en la prórroga de los ERTE».

Una protección que necesita Baleares.
La negociación que empezará la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, con empresarios y sindicatos para prorrogar los ERTE es vital para Baleares, al ser la región que más está sufriendo el impacto social y económico de la pandemia del coronavirus. Es imprescindible mantener estos instrumentos mientras no se reactive la economía de las Islas con una recuperación del turismo que hoy constituye una incógnita.