El brutal incremento de contagios que se ha venido registrando en las últimas jornadas en Ibiza ha obligado al Govern a tomar, en el plazo de una semana, medidas muy duras que nos aproximan al confinamiento del mes de marzo. Ayer, el Govern prohibió la actividad social al limitar los contactos al ámbito de los convivientes, con algunas lógicas excepciones, medida que se suma al adelanto del toque de queda adoptado la semana pasada y al cierre de la hostelería y los gimnasios anunciado el domingo y aprobado ayer. El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, secundó, como viene siendo habitual, las medidas en base a dos argumentos indiscutibles: el índice de contagios obliga a reaccionar y las restricciones se han demostrado en el pasado como efectivas.

Respaldo mayoritario.
Salvo comprensibles voces discordantes, la inmensa mayoría de la población y los partidos políticos apoyan las restricciones decretadas, lo que evita que se genere un debate político que desvíe el foco del objetivo común: doblegar la curva para que Baleares pueda presentarse como un destino seguro en cuanto se hayan alcanzado cifras razonables de vacunación.

Abandonados.
El cierre de la actividad de sectores enteros adolece de un plan de ayudas directas a las empresas afectadas que cada día que pasa es más urgente. No es admisible que el Govern obligue a bajar la persiana a sectores muy castigados por la pandemia y no prevea de forma complementaria un plan de ayudas que mitigue, en parte, el sufrimiento de los empresarios y contribuya a evitar el mayor número de cierres empresariales posibles. Todo el esfuerzo que ha hecho el Gobierno, a través de los ERTE y los avales públicos para los créditos ICO, será baldío si no se logra el objetivo de mantener vivas las empresas y, con ellas, los puestos de trabajo. Después de tantos meses de restricciones, las medidas actuales son insuficientes para garantizar el objetivo, lo que obliga al Govern balear a estar a la altura del reto y a poner sobre la mesa un plan de ayudas de forma urgente para salir al rescate de las miles de empresas que hoy están en peligro.