Para que haya temporada, aún hay tiempo si se normaliza el suministro de las vacunas autorizadas hasta la fecha (Pzifer y Moderna) y para las que se autoricen a corto plazo se sumen a la cadena logística, momento en el que las autoridades sanitarias deberán hacer los máximos esfuerzos y poner todos los recursos a su alcance para que pueda vacunarse masivamente a toda la población europea en el menor espacio de tiempo posible. Según Francina Armengol, Baleares necesitará tres meses para lograr la esperada y necesaria, pero no suficiente inmunidad de rebaño. Para que Ibiza y Formentera puedan aspirar a que haya temporada turística es imprescindible derrotar al virus otra vez, que también lo hagan los mercados emisores y que estos también alcancen la inmunidad de rebaño a través de la vacunación masiva. Así pues, estamos en manos de las farmacéuticas, si la Unión Europea sigue sin reaccionar y adoptar otras medidas.

Noticias descorazonadoras.
En estos momentos, estamos lejos de poder hacer un pronóstico optimista. El gobierno del Reino Unido ha sorprendido recomendado a los ciudanos no reservar las vacaciones de este verano ante la incertidumbre que hay. Por si no fuera suficiente mazazo para el sector turístico este aviso, Downing Street anunció ayer una cuarentena australiana a todos los viajeros de 22 países, entre los que no está España, a aquellos que regresen al país hasta que la situación esté normalizada, esto supone 10 días encerrados en un hotel con vigilancia a cargo del viajero, medida incompatible con cualquier viaje turístico a estos países.

Preparados para el cambio de ciclo.
En estos momentos, nadie es capaz de hacer un pronóstico fiable de lo que sucederá en los próximos meses porque todos los países presentan índices de contagios alarmantes y porque el suministro de las farmacéuticas presenta numerosos interrogantes. Lamentablemente, Ibiza y Formentera poco pueden hacer por sí mismas para revertir un escenario nada propicio porque dependen del reparto que el Gobierno haga de las vacunas que reciba España y también de que nuestros mercados estén en disposición de viajar, salvo reducir los índices de contagios para ser destino seguro y para salvar vidas, que no es poco y ha de ser, obviamente, el objetivo prioritario.