La comparecencia de Pedro Sánchez de ayer en el Congreso de los Diputados para dar cuenta del estado de alarma resultó ser una autoenmienda a la gestión del Gobierno a la crisis, tanto en el aspecto sanitario como en el económico. Admitió errores en la desescalada de verano que, según su relato, «se hizo demasiado rápida». Ha tardado demasiado tiempo el presidente en aprender de ellos, ya que la lección del verano, cuando anunció a bombo y platillo que habíamos vencido al virus, que salíamos más fuertes y conminó a los ciudadanos a salir a la calle no fue suficiente para evitar la relajación de la Navidad, lo que propició la tercera ola, «una gran lección». Las consecuencias de ambos errores confesos exceden el debate político, ya que han tenido consecuencias gravísimas en forma de miles de fallecidos que, en caso contrario, hoy estaría entre nosotros.

Rectificación insuficiente en su plan económico.
Donde tampoco demuestra haber aprendido la lección es en seguir anteponiendo la propaganda a la realidad, ya que ayer volvió a anunciar un plan económico sin que en realidad exista generando una incertidumbre evitable a millones de empresarios asfixiados por la crisis. El precedente de los 200.000 millones que iba a movilizar el Gobierno y que suponía el 20 % del PIB y que en realidad eran 117.000 millones públicos, algo más de la mitad, y un máximo del 14 % del PIB, no invitan al optimismo. El anuncio tiene una parte de enmienda a su gestión, ya que supone admitir que el esfuerzo realizado hasta ahora es insuficiente. Sánchez no desveló en qué consistirá un plan repleto de interrogantes y del que se especula que una parte consistirá en quitas a los créditos ICO y otra en una suerte de fondo de capitalización para empresas más pequeñas que no tienen acceso al fondo de la SEPI ni tampoco cuándo se ejecutará.

Desprecio al turismo.
La comparecencia de Pedro Sánchez supone, además, una profunda decepción para el sector turístico, ya que no aludió en ningún momento a los planes del Gobierno en relación al pasaporte sanitario, un elemento que será vital para facilitar los viajes de los turistas que ya han sido vacunados en sus países, máxime cuando el Reino Unido prevé tener inmunizados a todos sus adultos antes de que acabe julio.