Los discursos por el Día de Baleares han estado marcados, como no podía ser de otra manera, por la pandemia de coronavirus. Este pasado domingo, la pesidenta del Govern, Francina Armengol, propugnó «la ética para protegernos unos a otros» y para «vencer al miedo», como han hecho miles de profesionales, empresas y sectores esenciales de la comunidad autónoma. Al mismo tiempo apostó «reforzar el Estado del bienestar». El mensaje central de Armengol consistió en que «lo que mueva a esta comunidad ha de seguir siendo la búsqueda de una sociedad más igualitaria y justa, una economía con ocupación de más calidad y un modelo de crecimiento más respetuoso con el medio ambiente».


En Ibiza, el presidente del Consell d’Eivissa destacó que se debe exigir y hacer fuerza para conseguir realmente un «verdadero» Régimen Especial de Baleares que reconozca la «singularidad» de las Islas. En esta misma línea se expresó la presidenta de Formentera, Alejandra Ferrer, quien reivindicó, asimismo, más autonomía y poder de decisión para la pitiusa sur. Ambos presidentes pitiusos destacaron la importancia de agilizar el proceso de vacunación para poder recuperar la actividad económica y turística.

Armengol y el turismo.
Si bien en las Pitiusas está claro que el motor económico de ambas islas es el turismo y que hay que hacer lo posible por reactivarlo en condiciones de seguridad, la presidenta Armengol sorprendió el domingo diciendo que los efectos de la pandemia están siendo devastadores porque, precisamente, dependemos únicamente del sector turístico. Y apeló a los fondos europeos, de los que bien poco se sabe, para conseguir diversificar la economía de Baleares.

Necesitamos recursos.
Para volver a ser una sociedad próspera, Baleares necesita recursos. No basta la unidad ciudadana e institucional que reclama Armengol. Es preciso que el Gobierno de Pedro Sánchez priorice las Islas –la comunidad más castigada por el virus– en las ayudas estatales; necesitamos más fondos de la Unión Europea para llevar a cabo la diversificación y modernización de nuestro modelo económico. Precisamos con urgencia otro modelo de financiación, que el Régimen Especial de Baleares deje de ser un mero enunciado y que recibamos todos los medios para crear bienestar y puestos de trabajo.