El martes por el tarde, el Consejo de Administración de Autoridad Portuaria de Baleares refrendó la propuesta que el presidente del ente, el socialista Francesc Antich, elevó para cesar al anterior director, Juan Carlos Plaza, y sustituirlo por un hombre de la casa, Jorge Nasarre, en tanto que tiene plaza en propiedad y ya ocupó esta posición a propuesta de José María Urrutia entre 2011 y 2012. La aceptación del cese y la ratificación del nombramiento no han de sorprender a nadie, ya que el presidente debe tener capacidad para poder configurar su equipo de colaboradores y los consejeros, de facilitarle dicha potestad. Generan muchas dudas, no obstante, las formas del relevo, ya que se ha desarrollado en la más absoluta opacidad y con una sospechosa urgencia.

¿Cuál es la urgencia?

Es lamentable que Francesc Antich se haya negado a ofrecer explicaciones sobre cuáles han sido los motivos tan urgentes que no podían esperar a la celebración de una sesión ordinaria y le han obligado a convocar un consejo de administración extraordinario. Ambos aspectos alimentan aún más las dudas sobre los auténticos motivos que se esconden detrás de una medida que solo la evolución de la APB permitirá evaluar. Es infantil la burda explicación ofrecida a través de portavoces oficiales de que el objetivo de la defenestración de Plaza para Antich es romper con el pasado precisamente ahora y de forma urgente, cuando el presidente ocupa el cargo desde finales de septiembre, momento en el que Plaza ya había pasado la noche en el calabozo detenido en el marco de la investigación que acabó propiciando el cese de Joan Gual de Torrella. La destitución ha coincidido con las irregularidades destapadas por Periódico de Ibiza y Formentera y que tampoco están teniendo una respuesta mínimamente aceptable por parte del ente portuario.

Rafa Ruiz, forzado a dar la cara.

Quien sí dará la cara hoy es el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, forzado por una moción de control presentada por el Partido Popular. Esperemos que el ánimo del alcalde sea aclarar los muchos interrogantes sobre la actuación municipal en los últimos 21 años.