El Govern balear mantendrá el uso portuario del muelle comercial de Sant Antoni y cierra la puerta a que la instalación pueda ser utilizada para la náutica deportiva con el objetivo de rentabilizar la infraestructura, tal como llegó a poner sobre la mesa el anterior alcalde y presidente del Club Náutico de Sant Antoni, Pep Tur Cires. La decisión es de una enorme transcendencia para la isla, ya que de no haber sido así, habría dejado a Ibiza con un solo puerto operativo, una temeridad y un riesgo innecesario. La limitación caprichosa y sin ningún fundamento a esloras máximas de 65 metros hará imposible, no obstante, que el tráfico comercial vuelva a la bahía de Portmany, según admitió ayer el conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí Ribas Agustinet, y han venido anunciado las navieras.

Quebranto económico de un puerto refugio.
Supone un quebranto económico para los intereses del municipio, que se verá privado de la riqueza que genera el tráfico portuario o, en su defecto, de la que habrían generado las grandes esloras. La limitación es, en este sentido, absurda, ya que también priva a Ports IB de los ingresos que genera el tráfico portuario. El ente despilfarra una instalación que ha de mantener y cuya construcción costó varios millones de euros y se compromete, además, a inversiones necesarias pero insuficientes, ya que el principal enemigo de la bahía es el vertido de aguas fecales. De esta forma y si, como parece, no hay alguna empresa que decida operar en las condiciones aprobadas por el Consejo de Ports IB, el puerto de Sant Antoni estará abierto al tráfico pero no tendrá barcos quedando, pues, como puerto refugio.

Victoria de Salvem sa Badia y la izquierda.
La decisión de Ports IB es una victoria de Club Náutico, entidad que a través de su brazo mediático Salvem sa Badia ha acabado influyendo en la posición de los partidos de izquierda y también de Proposta per Eivissa (PxE). Aunque no hayan logrado oficialmente el cierre del puerto al tráfico marítimo, de facto es lo que acordó ayer Ports IB en una decisión que cierra el debate de forma temporal pero que no puede calificarse como definitiva.